PEQUEÑAS APORTACIONES A LA SEMANA DE MIGUEL HERNÁNDEZ
ATARDECER EN ORIHUELA.
Una tarde tranquila el cabrero Miguel Hernández paseaba por el huerto con sus cabritas . Se
estaba
durmiendo todo con el
atardecer; mientras sus cabras arrancaban
la hierba, adormecidas con sus
pequeñas bocas, Miguel
leía un libro de poesías, hasta que el sol se ocultaba. Apoyando en un
tronco viejo se
adentraba profundamente en sus mundos poéticos. El viento que
giraba alrededor de él
se convertiría en su amigo para
siempre.
María Del Mar
Cuadrado Delgado. 6ºB
EL VIENTO Y MIGUEL HERNANDEZ.
El niño Miguel Hernández, cuidaba sus cabras, pero lo que
quería era ir a la escuela como los otros
niños. Su único
compañero fue el viento, que siempre le
decía; “ Nunca te rindas sigue adelante y nunca te fallaré. Abre tu corazón y
claro todo lo veras”. Así siguiendo a su amigo,
Miguel conoció otros “vientos” no
tan agradables, que le llevaron hasta la
cárcel donde murió.
Miguel Ángel González
Patón. 6ºB
MIGUEL, EL POETA
En Orihuela,
había un niño pastor,
Miguel Hernández,
un famoso escritor
Creció en su pueblo natal,
de una guerra se escapó,
pero lo capturaron y
lo llevaron a prisión
Flor de un día,
su primer hijo nació,
no tuvo suerte y
a los pocos días falleció
Al poco su segundo hijo nació,
aunque del todo no lo conoció,
por estar en la cárcel,
¡por esa maldita prisión!
Triste y desolado,
en la cárcel enfermó,
y al poco tiempo,
Miguel falleció
Ángela Navarro Fernández. 6º B
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